miércoles, 16 de julio de 2008

Los tres pasos

El joven discípulo de un filósofo sabio llega a su casa y le dice:

-Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia...
-¡Espera! -lo interrumpe el filósofo-. ¿Pasaste por los tres pasos lo que vas a contarme?
-¿Los tres pasos? -preguntó su discípulo.
-Sí. El primero es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos vecinos.
-Al menos lo habrás hecho pasar por el segundo paso, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
-No, en realidad no. Al contrario...
-¡Ah, vaya! El último paso es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
-A decir verdad, no.
-Entonces... -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdad, ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

Relato anónimo


1 comentario: